Las 8 misteriosas cajas negras del 11 de septiembre
Sin ninguna explicación por parte de las autoridades, y sin cualquier exigencia de los medios de comunicación, ya no se habla más en Brasil sobre la desaparición de la caja negra del avión Cessna 560 XLS que explotó matando el candidato del Partido Socialista Brasilero a la Presidencia de la República, Eduardo Campos.
Diálogos del Sur publica a continuación reportaje del periodista italiano Giulietto Chiesa sobre el desaparecimiento de las ocho cajas negras de los cuatro aviones que participaron de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Según el conocido investigador es simplemente imposible que eses aparatos dejen de funcionar, lo que torna muy sospechosa la información de que la caja negra del Cessna no grabó los sucesos de aquél fatídico 12 de octubre de 2014. En la época publicamos denuncia del periodista Wayne Madsen de que Estados Unidos, por medio de la CIA estaría envuelto en el asesinato del político y recuerda varios antecedentes de crímenes semejantes. Asimismo, nadie ha reclamado del hecho de que EUA desaparecieron con las cajas negras del Cessna. El reportaje de Chiesa contribuye para aumentar la desconfianza.
Debo comenzar por decir que, mismo siguiendo de cerca el trabajo colectivo, durante todos estos años, cada vez que analizo este tema con más detalles, me quedo estupefacto con esta impresionante evidencia: toda la historia contada al mundo, a través de los ministerios de propaganda (es decir, por la gran media occidental), sobre el 11 de septiembre es un gigantesco atentado a la más elementar inteligencia. El mundo entero fue llevado a creer en el “cuento de hadas”. Y eso persiste pasados ya trece años.
Tómese, por ejemplo, la cuestión de las famosas “cajas negras” de los cuatro aviones que fueron –supuestamente- secuestrados por 19 terroristas, en la mañana del 11 de septiembre de 2001. En este caso, como veremos, ni una única línea de la versión oficial se sostiene de pie. Primero es preciso esclarecer que las “cajas negras” son de color naranja, de facto, es importante tener eso presente para lo que sigue. Todos los aviones comerciales, en el mundo, llevan dos. Ellas son concebidas para ser prácticamente indestructibles. Y, de facto, lo son. Ellas contiene un conjunto de dispositivos hechos para soportar solicitaciones extremamente violentas, que sea al nivel físico, eléctrico, químico, magnético o térmico. Entre esos equipamientos, los dos aparatos esenciales son el FDR (Flight Data Recorder) (Registrador de Datos de Vuelo) que es el que graba, a cada instante todos los datos del vuelo, como velocidad, altitud y la posición de la aeronave; y el CVR (Cockpit Voice Recorder) (Registrador de Sonido del Cockpit), que recoge todos los sonidos y voces en la cabina de pilotaje.
Los casos en que esas cajas negras no han sido encontradas, o no pudieron suministrar datos útiles para comprender los incidentes, son extremamente raros. Estos materiales han sido concebidos para ese efecto. Y esto funciona. Las primeras a utilizarlos son las compañías de seguro, y luego después surgen los gobiernos, los servicios secretos etc.. Así, a cuatro aviones corresponden ocho cajas negras. ¿Qué es lo que dice la versión oficial?
Cuatro de esas ocho cajas negras “jamás fueron encontradas”. Mitad, por lo tanto. Un fallazo equivalente a un recordé mundial de todos los tiempos. Se trata de cuatro cajas negras de los dos aviones que –oficialmente- chocaron contra las Torres Gemelas – el vuele de American Airlines 11 (AA 11) y el de United Airlines 175 (AU 175)
Restan aquí, pues, cuatro. Las del vuelo 77 de American (AA77) y el del Pentágono, que al que parece han sido recuperadas. Pero el CVR (GS) estaba demasiado damnificado y los dados irrecuperables. Por lo tanto, ningún resultado cuanto a este. En relación al FDR del vuelo de la AA77 parece haber sido encontrado, sin embargo, las versiones sobre el local son contradictorias. Pero, como veremos luego, hay casos más graves.
Finalmente, tenemos los CVR y FDR del vuelo da United Airlines 93 (UA 93), aquél que, supuestamente, se hizo trizas en un campo de Pensilvania. La transcripción del CVR ha sido tornada pública por el FBI, pero, solamente en 2006, durante el juzgado de Zararias Moussaoui. Volveremos a el, pero no sin antes destacar que se trata de una “transcripción” vieja de cinco años. Finalmente hay el FDR del vuelo UA 93. Nosotros tenemos un informe de la NTSB (National Transp;ortation Safety Board) (Consejo Nacional para la Seguridad de Transporte), de 15 de febrero de 2002, con el número DCA01MA065, y sabemos que la tarjeta e memoria ha sido llevada para las instalaciones de la Honeyell, en Redmond, donde ha sido examinada. Entonces, ¿está todo en orden? ¡Lejos de eso!
Resumiendo: mismo cuanto a las cuatro cajas negras recuperadas se levantan muchas cuestiones para ser aún esclarecidas, 13 años después de los sucesos. Y son contradicciones flagrantes. A cerca de las cuatro cajas negras de los vuelos que atingieron las Torres Gemelas, el Informe de la Comisión sobre el 11/9 se satisface simplemente con decir que no han sido encontradas. Pero tenemos dos testigos que dicen haber encontrado tres en cada cuatro, en octubre de 2001. Se trata del bombero Nicholas DeMasi y de un voluntario Mike Bellone. Las cajas estaban entre los escombros y fueron consignadas a alguien que desapareció. La Comisión de Investigación no las buscó. Todas las informaciones desaparecieron. Pero, al mismo tiempo, la Comisión de Investigación, sin miedo del ridículo, y en medio al mayor silencio de los principales medios occidentales, anunció la descubierta del pasaporte (de papel) de uno de los presumibles piratas del aire del Vuelo AA 11, Salam al-Sugami; ¡ni más ni menos! No tenemos, pues, ninguna información (provenientes de esas cajas negras). Ora, ningún investigador en el mundo quedaría satisfecho con ese resultado.
Y hay todavía algo peor. Resalta del registro de los documentos del tribunal que, en 18 de septiembre de 2001, el director del FEMA (Federal Emergency Management Agency) (Agencia Federal para Controle de Emergencias), Edward E. Jacoby Jr envió un memorándum al gobernador del Estado de Nueva York, George Paaki, para informar que “los investigadores identificaron los señales de una de las cajas negras de los escombros del World Trade Center”. Y también: el general Paul Kern, comandante del Comando US de Material, relató en 2002 que “los sensores de radiofrecuencia del CECOM (Comando de Comunicaciones Electrónicas) han sido utilizados (con suceso) para encontrar las cajas negras de los aviones que atingieron las Torres Gemelas. Entonces, ¿quién está mintiendo?
Para las dos cajas negras del vuelo 77 de la AA el caso es más complicado. Dos bomberos (Burkhammer y Morawitz) relataron haberlas encontrado “cerca del punto de impacto”. El vocero del condado, Dick Brigdes, explicó también que estaban “exactamente allá, donde el avión atingió el predio” del Pentágono. Pero, otras fuentes dicen que el FDR ha sido recuperado a cerca de 300 pies (100 metros) de distancia. Una diferencia notable. Por otra parte, Burkhammer y Morawitz relatan que las dos cajas negras eran de color oscura, cuando se les había dicho que eran de color naraja. Ora, cuando ellos se refirieron a los agentes del FBI y de la NTSB esos últimos replicaron: más vale negro que nada.
Y, lo que es peor todavía, porque la historia del FDR del vuelo AA 77 presenta otro punto débil, y no de los menores. En 2008, un obstinado ciudadano estadunidense presentó recurso, con base en la ley FOIA (Freedom of Information Act) sobre la libertad de información, para forzar la NTAB a divulgar el fichero de coleta de los dados brutos del FDR (ou GDV). Ora, ocurre que este fichero había sido creado a las 23: 45 horas del jueves 13 de septiembre de 2001. Lo que es muy extraño puesto que el FDR en cuestión, negro o naranja, dependiendo de las versiones, solo tendría sido encontrado en el día siguiente, el viernes.
Finalmente véase lo que ha ocurrido con el FDR (GDV) del vuelo UA 93. Recuerdo a todos los que olvidaron, que una película comercial ha sido producida sobre ese vuelo y sobre la heroica revuelta de los pasajeros para retomar el control del avión a los piratas del aire. Así, les pido que tengan en cuenta el contexto global de esa historia. Vamos ver que es lo que dice, a propósito, la asociación de los pilotos por la verdad del 11/9 (Pilots for 9/11 Truth). Los afiliados también entraron con un pedido FOIA antes de obtener, en 2007, la información sobre este FDR. Pero los datos que les han sido entregues, debiendo corresponder al contenido de esa caja negra, divergen completamente de otros datos disponibles. “La trayectoria del vuelo y la altitud”, indicadas no son las que estaban registradas. La trayectoria del vuelo, por el norte, no encaja con los testimonios publicados en el New York Times. El avión venía de sudeste, como evidenciado por, entro otros, el hecho de haber sido encontrado destrozos en New Baltimore, más de ocho millas (13 kilómetros) a partir del cráter en que el avión se destrozó. Pero por encima de todo, el ángulo de caída del aeronave, según el registro contenido en los documentos de la NTSB, no corresponde al impacto vertical que la versión oficial sostiene, y que la misma cráter sugiere. Pero, precisamente el FDR (GDV) indica un ángulo de caída de 35 grados. Mientras la versión oficial dice que el avión cayó verticalmente. Finalmente, las análisis realizadas por la Protección Civil en el local del impacto no permitieron encontrar los vestigios de contaminación con residuos de gasolina. Eso no hace ningún sentido, una vez que los tanques de la aeronave debían estar llenos de carburante.
En suma, tenemos a escoger: O ese registro es falso, o es la versión oficial del gobierno de los EUA que es falsa. Como lo es, naturalmente, toda la historia retratada en la película, lo que apenas sirvió para conmover el gran público. No será demás recordar que todas esas observaciones han sido dirigidas tanto al NTSB, como al gobierno estadunidense. Respuestas: ninguna. Cero. En aquel tiempo, tanto como ahora 13 años después de los hechos.
Finalmente hay el registro del Centro de Control de Cleveland, que contiene los minutos finales del vuelo: he aquí:
Dramático, pero también misterioso e inexplicable. Aquellos que tuvieren tiempo para escuchar percibirán que el personal de tierra intenta, durante varios minutos, entrar en contacto con el avión, repitiendo así la misma pregunta, sin que ninguna respuesta llegue de vuelta. La tripulación queda muda. Entonces, de repente, llega una voz extraña, casi sofocada por un gran ruido d fondo. “United 93, este es vuestro comandante de bordo que vos habla, agradezco que permanezcan sentados, queden en vuestros lugares, hay una bomba a bordo”. ¿Una bomba a bordo? ¿quedar sentados? Pero, ¿dónde está, exactamente, este comandante de bordo? ¿Qué ruido de fonto es ese?
En tierra, insisten para obtener esclarecimientos. Los controladores contactan con los demás aviones volando en la región. Las confirmaciones llegan. Después, de repente, otra vez la misma voz: “United 93, aquí vuestro comandante. Es mejor que todos permanezcan sentados. Nosotros tenemos una bomba a bordo y retornamos al aeropuerto. Ellos aceptaron nuestros pedidos y, así, es favor permanecer en vuestros lugares”. Y después, nada más. Bueno, es este, realmente, el comportamiento habitual de un piloto de línea experimentado?
¿Podemos estar seguros de que esos dos mensajes vinieron, verdaderamente del vuelo 93 UA?
Para resumir: ni una única pieza del rompecabezas oficial encaja correctamente con las demás. Y nosotros solo estamos a hablar de las cajas negras que han sido aparentemente encontradas. La otra mitad de las informaciones ha sido, como vimos, completamente borrada de la superficie de la tierra. Y todo eso, claro, no es obra de presumibles piratas del aire, cuya presencia a bordo, jamás ha sido probada. Pero entonces, ¿quién trabajó para apagar todos esos vestigios? ¿Quién mintió?
Se ha tornado más que nunca imposible creer todavía que la fabula oficial que nos ha sido contada corresponde a la verdad.
*Giolietto Chiesa es periodista. Ha sido corresponsal de El Manifesto y del Avvenimenti, colaborador de inúmeras emisoras de radio y televisión de Italia, en Suiza, Reino Unido, Rusia y Vaticano. Autor de diversas obras sobre la disolución de la URSS y sobre el imperialismo estadunidense. Ex diputado al parlamento Europeo (Alianza de los Democratas Liberales, 2004-2008), miembro del Bureau ejecutivo del World Political Forum (Fórum Político Mundial). Original de http://www.ilfattoquotidiano.it/blog/gchiesa/