Pensamientos sobre la Laudato Si’ del papa Francisco
“Laudato Si’ de un lado ya recibe un fuerte apoyo y de otro una fuerte resistencia. La resistencia atestigua la naturaleza radical de la renovación papal de la doctrina básica de la Tierra y del cosmos como Creación Divina. El papa Francisco será conocido por los enemigos que para él traerá esta encíclica y esos enemigos pueden más bien ser su punto fuerte”, escribe Herman Daly, economista ecológico estadounidense, en artículo publicado por The Daly en 1/3/2017. La versión en español fue hecha sobre la traducción al portugués de Isaque Gomes Correa.
He aquí el artículo
En mi calidad de cristiano protestante, mi atención a la Iglesia Católica viene siendo mínima, fundada en gran parte en el respeto por la historia primitiva de la Iglesia y por el amor de una tía que ha sido monja. En tiempos recientes, la oposición de la Iglesia Católico al control de la natalidad, además de los escándalos de pedofilia y encubrimientos, más aún me ha apartado de ella. Como muchos, primeramente he visto el papa Francisco como quizás un soplo de aire renovado, pero también un poco más. Después de la encíclica sobre el medio ambiente y justicia oso esperar que lo que yo consideraba meramente un “aire renovado” ¿ podría en verdad ser el viento del Pentecostés llenando la Iglesia nuevamente con el Espíritu? Quizás. Por lo mínimo él nos dio un análisis más verdadero, informada y corajosa del medio ambiente y de la crisis moral que traspasa nuestros líderes políticos.
Que se diga la verdad: la importante cuestión poblacional estaba demarcada por su casi total ausencia. En un discurso de improviso, entretanto, Francisco afirmó que los católicos no precisan se reproducir “como conejos”, y apuntó para la doctrina católica de la paternidad responsable. Quizás el siga en esa dirección en una futura encíclica. En todo caso, la mayor parte de los católicos laicos dejó, desde hace algún tiempo, de escuchar el papa en lo que se refiere a la contracepción. Esa actitud está expresa en un dibujo que muestra una madre italiana apuntándole el dedo como quien dice: “usted no juega el juego; usted no da las reglas”. Discutir la cuestión poblacional no cambiará las realidades y no tendría suscitado una oposición oficial, desviando la atención de los puntos principales de la encíclica. Entonces, seguiré el ejemplo de Francisco y dejaré de lado la cuestión poblacional, pero con una referencia al libro clásico del historiador John T, Noonan Jr., titulado “Contraception”(1), que trata de la historia de la doctrina sobre el tema.
Las grandes ideas de la encíclica son el cuidado de la Creación y la Justicia, y el fracaso de nuestro crecimiento económico tecnócrata en proveer justicia y cuidar de ella. También en debate estuvo la integración de la ciencia y la religión como algo necesario, aunque siendo caminos diferentes hacia la verdad. Y, si, el papa apoya el consenso científico sobre la realidad de los cambios climáticos, pero la encíclica va más allá en ese tema. (2)
La voz de Francisco no es, evidentemente, la primera entre los cristianos en defensa de la Creación. Además de que su nombre se inspira en el santo de Assis, Francisco también reconoció el patriarca Bartolomeo, de la Iglesia Ortodoxa Oriental, quien hace dos décadas viene organizando congresos y profiriendo charlas sobre la defensa de los ríos y océanos, inclusive del Mar Negro. La Iglesia Ortodoxa perdió una generación de seguidores para el ateísmo comunista, pero está conquistando de nuevo a muchos jóvenes atraídos por la teología de la Creación y las acciones que ella inspira. Los cristianos protestantes convencionales progresistas, y, más recientemente, los evangélicos conservadores, también se encuentran en la conciencia ecológica. Así, la encíclica de Francisco parece ser una piedra angular que unifica las principales divisiones del cristianismo, por lo menos en el reconocimiento fundamental de que hemos despreciado vergonzosamente el deber de cuidar de la Tierra y de compartir, de forma más equitativa con el otro, con el futuro y con las demás creaturas, los recursos que ella ofrece. Muchos ateos concuerdan con eso también, al mismo tiempo en que dicen que esa concordancia nada debe a la tradición judaico-cristiana. Históricamente eso es cuestionable, pero asimismo, el apoyo de ellos es bienvenido.
No se puede confundir la teología de la Creación con opiniones que niegan la evolución, contrarias a la ciencia, que sostienen ciertos literalistas bíblicos cristianos (equivocadamente llamados “creacionistas” en lugar de “literalistas”). El deber la humanidad de cuidar de la Creación, a través de la que los seres humanos evolucionaron para reflejar por lo menos la imagen de su Creador, entra en conflicto frontal con la idolatría dominante actual del crecimiento y del agnosticismo tecnológico. La idea del deber de cuidar de la Creación también entra en conflicto con el determinismo materialista de los fundamentalistas neodarwinistas que ven la Creación como resultado aleatorio de la multiplicación de probabilidades infinitesimales por un número infinito de intentos. La implicación política del determinismo (mismo si estocástico) es que la política intencional es ilusoria, sea en términos prácticos, sea en términos morales. El cuidado de la Creación es también incompatible con la gran mentira que dice que dividir los recursos limitados de la Tierra no es necesario porque el crecimiento económico hará de todos nosotros ricos. Francisco llama eso de pensamiento mágico. Él se acerca de la idea de economía estatal estable, de desarrollo cualitativo sin crecimiento cuantitativo en escala, aunque ese concepto no sea específicamente considerado. Veamos el párrafo 193:
“Así, si en algunos casos el desarrollo sustentable implicará nuevas modalidades para crecer, en otros casos – ante el crecimiento ganancioso e irresponsable, que se ha verificado a lo largo de muchas décadas – debemos pensar también en suavizar un poco la marcha, poner algunos límites razonables y hasta mismo retroceder antes que sea tarde. Sabemos que es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen cada vez más, mientras otros aún no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana. Por eso, llegó la hora de aceptar un cierto decrecimiento del consumo en algunas partes del mundo, suministrando recursos para que se pueda crecer de forma saludable en otras partes”.
Es por eso que la última frase, donde se le en la versión en inglés del documento una “crecimiento disminuido”, parece ser una traducción inexacta de la versión española que habla en “decrecimiento”, o de la versión italiana “decrescita” (probablemente los idiomas originales del texto), ideas que deberían ser traducidas como “degrowth”, decrecimiento, crecimiento negativo, lo que evidentemente es más fuerte de que “decreased growth” (crecimiento disminuido). (3)
Laudado Si’ ya viene recibiendo un fuerte apoyo así como una fuerte resistencia. La resistencia atestigua la naturaleza radical de la renovación papal de la doctrina básica de la Tierra y del cosmos como Creación Divina. El papa Francisco será conocido por la enemigos que está encíclica producirá y eses enemigos pueden bien ser su punto fuerte. Hasta ahora en Estados Unidos ellos son mucho: el Instituto Heartland, Jeb Bush (hijo del ex presidente George W Bush), el senador James Inhofe, Rush Limbaugh (comentarista político defiende posiciones conservadoras republicanas), Rick Santorum (abogado y político miembro del Partido Republicano), y otros. Infelizmente ellos representan miles de millones en dinero y tiene un gran megáfono empresarial en los medios de comunicación. Dar a ellos el benefíçio de la duda puede hacer con que, de hecho, piensen que Francisco está entregando a Dios lo que, en verdad, pertenece a la oligarquía de César. Pero ni César, ni el mercado, tampoco la tecnología ha sido quien nos ha creado, ni la tierra que nos mantiene. Agradecemos a Francisco por dejar eso bien claro, cuando muchos lo niegan, explícita o implícitamente.
Notas
(1) John T. Noonan Jr., “Contraception: A History of its Treatment by the Catholic Theologians and Canonists”, Belknap Press, 1986. Noonan demuestra la falta de fundamento bíblico en la oposición demuestra la falta de fundamento bíblico en la oposición a la contracepción, así con las origines de la doctrina católica en el Derecho Romano, que fue absorbido al Derecho Canónico. El significado antiguo de “proletariado” era a “clase más baja, pobre e exenta de impuestos, y útil a la República principalmente para la procreación de los hijos”. Está claro que la contracepción no era indicada a ciertas personas aunque tolerada a los patricios. Ese significado literal de proletariado como una clase prolifera se perdió cuando Marx redefinió la palabra para significar “no dueños de los medios de producción”. Pero la conexión malthusiana con la superpoblación y mano de obra barata permaneció real, mismo si minimizada por los marxistas y por los católicos.
(2) La condenación del papa sobre el comercio de carbono refleja una incomprensión común de la política comercial y subasta, infelizmente compartida por algunos importantes científicos climáticos. C. Joseph Heath, “Pope Francis’ Climate Error”, New York Times, 19-06-2015.
(3) Gracias a Joan Martinez-Alier por llamar la atención para ese detalhe.
Fonte: IHU On Line