17 años del asesinato de Dorothy Stang: los conflictos en el campo siguen matando en Pará
El acaparamiento sigue expandiéndose, así como la ganadería, el agronegocio y los conflictos sociales generados a partir de esta expansión
Anapu, 12 de febrero de 2005, una señora de 73 años, religiosa, era asesinada. Condenada a muerte por su actuación en la lucha por la tierra en la Amazonia.
17 años después, la realidad en Pará no difiere mucho de aquel contexto en que Dorothy Stang fue victimizada. El acaparamiento sigue expandiéndose, así como la ganadería, el agronegocio y los conflictos sociales generados a partir de esta expansión.
Es en este escenario que la práctica de asesinatos de opositores a ese proceso se tornó tan recurrente y que gana proyección por el mundo. Son muchos nombres en la lista de los muertos, son muchos nombres de aquellos listados para morir. En el caso de Dorothy Stang, de entre los condenados, el último en cumplir condena fue detenido solo en 2019, una década y media después del crimen.

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Dorothy Stang fue victimizada
Después de Dorothy, al menos 19 trabajadores fueron asesinados en Anapu y otros tantos defensores y defensoras de Derechos Humanos fueron víctimas en Pará, de los cuales se destaca el asesinato de Fernando Santos, en 2021, que fue testigo de la Masacre de Pau D'Arco y el caso reciente de la familia de ambientalistas de São Félix do Xingu, en enero de 2022.
El cuaderno "Conflictos en el Campo 2021", de la Comisión Pastoral de la Tierra, destaca que el 77% de los asesinatos ocurridos en el campo brasileño fueron en la Amazonia Legal. Sin embargo, esa no es la única forma de violencia vivida por los agricultores paraenses.
También es la región con mayor número de familias afectadas por pistolaje, deforestación ilegal, territorios invadidos por minería y contaminación por agrotóxicos. Además de todas esas formas de violencia que experimentan, los agricultores en Pará también están en riesgo inminente de desalojo.
Los campamentos del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) Dalcidio Jurandir, Helenira Resende, Terra Cabana y Chico Mendes están con decisiones judiciales de reintegración de posesión emitidas, suspendidas solamente por la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) de no-desalojos en la pandemia. Sin embargo, incluso la decisión del órgano judicial superior del país no impide que se realicen desalojos ilegales, como en los casos denunciados en 2020-2021, donde el delegado de la Comisaría Especializada de Conflictos Agrarios (DECA) de Marabá actuó en favor de hacendados de la región sudeste paraense.
Aliados a esa coyuntura, los retrocesos del actual gobierno brasileño, con su política económica de hambre y muerte, asolan a la población del campo, una de las grandes beneficiadas de los programas sociales cancelados, programas de fomento a la Agricultura Familiar, etc.
¿Y el legado de Dorothy?
Desde su asesinato el estado de cosas no ha avanzado de forma positiva. Lo que se ha visto es la continua destrucción de la selva en la Amazonia, y sus promotores se sienten libres para realizar acciones como el reciente "día del fuego", crimen cometido por hacendados incentivados por el gobierno Bolsonaro, conforme divulgó el programa "Reportero Brasil", el día 08 de febrero de 2022, en que áreas quemadas ese día están siendo utilizadas para la siembra de soja. Nadie ha sido acusado de ninguno de los crímenes cometidos.
El actual contexto, en este mes que recuerda el martirio de Dorothy, nos hace remitir también su lucha para garantizar tierras y derechos a los agricultores, denunciando quien los amenazara, cometiera daño ambiental, o cualquier otro crimen, y por la implementación de Proyectos de Asentamiento Agroextractivistas, donde pudieran subsistir económicamente y aún preservar el medio ambiente, manteniendo el bosque en pie.
*Abogada y compone el Sector de Derechos Humanos del MST en el estado de Pará
**Editado por Gustavo Marinho