En un nuevo acto de intimidación, Bolsonaro recibe ministros del STF acompañado de militares
Uno de los compañeros de Bolsonaro era Braga Netto, que amenazó con que "si no hay voto impreso y auditable en 2022, no habrá elecciones"
En un gesto prescindible, seguramente diseñado para ser de cortesía y de ingenuo signo de distensión, los ministros del STF Edson Fachin y Alexandre Moraes visitaron Bolsonaro para invitarlo a la ceremonia de investidura de ambos en el Tribunal Superior Electoral [TSE].
La invitación podría haber tramitado protocolarmente entre los equipos ceremoniales del Planalto y del TSE, pero los ministros del STF decidieron predisponerse a riesgos. Incluso sabiendo que el anfitrión tiene como estrategia generar tumulto y caos permanente intimidando el STF y amenazando desacatar la derrota en la elección de octubre [aquí y aquí].
Fachin y Moraes sabían que se encontrarían con quien, muy recientemente, y en el goce de la más absoluta impunidad, insultó a Moraes de canalla y otario. Con respecto a Moraes, por cierto, no hace mucho Bolsonaro llegó a amenazar: "o ese ministro se encuadra o él pide salir".

MONTAJE DIÁLOGOS DEL SUR
Edson Fachin y Alexandre Moraes visitaron Bolsonaro para invitarlo a la ceremonia de investidura de ambos en el Tribunal Superior Electoral
En la visita de cortesía de los ministros del STF, Bolsonaro hizo la descortesía de estar acompañado de la "junta militar" de gobierno. Más precisamente, del comité central del partido militar.
En los cerca de 9 minutos de duración de la audiencia, además de algunos aduladores contumazes, Bolsonaro estuvo acompañado de la cumbre de las Fuerzas Armadas y del general ministro de Defensa Braga Neto - aquel que amenazó que "si no hay voto impreso y auditable en 2022, no habrá elecciones".
Braga Neto, como muestra la pornográfica libertad que este conspirador aún disfruta, a pesar de los atentados perpetrados contra el Estado de Derecho, es beneficiario de este ambiente en el que "las instituciones funcionan normalmente".
No hay absolutamente ninguna razón formal e institucional - y, menos aún, excusas de atropello de la agenda de un presidente que pasa la mayor parte del tiempo haciendo alboroto -, que pueda justificar la presencia de la cumbre del partido de los generales en este encuentro con las autoridades civiles responsables del momento mayor de la soberanía popular, que es la elección.
Este acontecimiento institucional tiene múltiples significados. Ninguno de estos signos, lamentablemente, parece ser un alboroto para la democracia.
Hay que reconocer, en primer lugar, que fue un gesto ostensivo de afrenta de la cúpula militar, que hoy es una estructura altamente partidista, al poder civil.
En segundo lugar, se debe observar la presunción de la cúpula militar en tutelar la democracia, en presentarse como una especie de garante político. No por casualidad, hicieron público que, "en el encuentro, los comandantes militares reiteraron su compromiso de garantizar la seguridad de las elecciones".
Es de sospechar que en nombre de este simulacro de "garantía", el partido de los generales ha deliberado escalar el general Fernando Azevedo e Silva para la dirección general del TSE para... cuidar [sic] de las elecciones...
Y, hablando del general Fernando Azevedo e Silva, hay que recordar que en 2020 sobrevoló en helicóptero la explanada con Bolsonaro durante los actos que pedían el cierre del STF y del Congreso. Como ministro de Defensa, Azevedo e Silva escribió la orden del día del 31 de marzo diciendo que "1964 fue un hito de la democracia" [sic].
Fue este general, repentinamente y sorprendentemente convertido a la democracia, quien acompañó el periplo de Fachin y Moraes en los encuentros con los presidentes de la Cámara y del Senado.
No por casualidad fueron divulgados registros fotográficos de los encuentros de los ministros del STF con Lira y Pacheco. Pero no fue publicada, sin embargo, ninguna fotografía del encuentro "bajo continencia" en el Planalto.
La ausencia del general Azevedo e Silva en el encuentro de los ministros del STF con el partido de los generales se decidió para evitar [falsos? ] vergüenza, o fue una jugada ensayada de los propios militares? Esta pregunta es pertinente, porque los militares están súper especializados en el arte de los simulacros, de las disimulaciones y de las falsas disidencias [aquí].
Jefferson Miola, para Pátria Latina
Tradución / João Baptista Pimentel Neto
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