Cannabrava | Clima de "ya ganó" de la izquierda para las elecciones de 2022 impide ver qué escenario es de guerra
País es campo de batalla de una guerra cultural y cibernética, cuyo fin es asegurar la continuidad de los militares, que planearon durante diez años
Las redes sociales están a contribuir con el fin de la política como siendo el arte de la convivencia y construcción del bienestar, más que organizar gobierno y estados. También los partidos políticos están corroborando para el fin de la política. Claro que hay excepciones, pero esta es la regla impuesta por la mayoría.
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Encuesta realizada por Datafolha, a mediados de diciembre, ha constatado que apenas 10% de la población aprueba la actuación del Congreso Nacional. Casi la mitad piensa que es malo o pésimo el desempeño de los diputados y senadores de la actual legislatura. Eso es muy grave y contribuye para el descrédito de la política.
Los partidos políticos han perdido el sentido para el cual han sido creados, lo que aglutinar parte de la población en torno de una idea, un programa de gobierno y un proyecto de país, y siguiendo las reglas del juego de la democracia formal, disputar o poder. Dejaron de ser partido stricto censo y están perdiendo afiliados.
Outras Palavras
País que abandona la juventud es país sin futuro
Juventud, la mayor víctima
La juventud es la mayor víctima del desgobierno que asola al país. Desgobierno en el sentido de ausencia total de políticas públicas, pues los militares que ocupan el poder sí, gobiernan, a cada día practican algo en beneficio propio y aprueban una maldad en detrimento de la soberanía y los derechos de ciudadanía.
¿Qué será de un país que no cuida de su más precioso tesoro, la juventud?
Despreciar a la juventud es dar la espalda al futuro. Está en los titulares de los diarios: el 30% de población de hasta 29 años no estudia ni trabaja. Eran 29 millones en 2019, llegó a 35 millones en 2020 y completó este año 30,5 millones, según levantamiento hecho por Idados, publicado el 03/01/2022.
Otra encuesta confirma que 51% de los jóvenes no confían en los partidos políticos.
Eso es muy grave, pues los partidos son los principales instrumentos para hacer política. 41% afirman confiar un poco y solamente 4% confían mucho, es lo que revele encuesta hecha por Ipec, a pedido de la Fundación Tide Setúbal. Ahí está el gran desafío para los demócratas, para todos los que ansían construir patria por medio de la política. Conquistar y organizar la juventud. Rescatar a la juventud para la buena escuela.
Candidatos como objeto de consumo
Candidatos desde hace algún tiempo, son presentados a los electores como se fuesen mercancía. Satisfacción de un deseo de consumo estimulado por el espectáculo, en una sociedad líquida que se evapora, no se cristaliza como nación. ¿Programa de gobierno? ¿Proyecto de país? Nada de eso importa. Lo que importa es la ilusión creada.
Con los neopentecostales y la derecha radical de un lado, y la mentalidad militar de otro, además de la destrucción del Estado Nacional están liquidando con la política para así asegurar la estrategia del caos. Usan todos los recursos para predicar la idea del bien contra el mal, el cielo o el infierno, amigo o enemigo.
Desaparece el adversario político en la disputa de la gestión del Estado, con que habrá de colaborar, concluido el proceso electoral. En lugar del adversario con quien convivir, el enemigo que debe ser no solamente derrotado, pero exterminado, borrado del mapa, como explicitado en discursos de los militares que ocupan el poder.
“Fui entrenado para matar”, confiesa el capitán puesto en la Presidencia de la República con la misión de practicar el diversionismo. Distraer la atención de las masas de las cosas que sí importan, la práctica diaria de desmonte del Estado, alienación de las riquezas nacionales, desregulación del trabajo, violación de los más elementales derechos humanos que es el derecho a la vida, vivir con dignidad.
Papel deletéreo de las redes sociales
En ese contexto, las redes sociales se están transformando, a cada día más, en campo de batalla de una guerra que es cultural, que es cibernética. Los algoritmos seleccionan y mapean dónde están los pensamientos convergentes y divergentes, y los ciber-milicianos y la inteligencia artificial hacen el resto. El divergente es el enemigo, hay que cortar sus alas para que no pueda volar, si intenta es bloqueado, expulsado de la red.
Las redes más utilizadas son todas de matriz estadunidense, desarrolladas por monopolios que acumularon las mayores fortunas en dinero en todo el mundo. Son regidas por el dios dinero, y quién molesta está fuera. Juntamente con la teología de la prosperidad, las redes y los templos neopentecostales están siendo usados como arma de comunicación en la estrategia de dominación del imperialismo de los Estados Unidos y sus aliados.
Brasil de vuelta al período colonial, productor de commodities de exportación, subministrador de materia prima y mano-de-obra para el mayor desarrollo de los países ricos e enriquecimiento de los manipuladores del capital en el gran casino global.
No hay debate entre contrarios porque sencillamente no hay un lado contrario.
Es así que raciocinan los militares, las dictaduras, es así que está diseñado el mundo por los estrategas del caos. La dictadura es la del pensamiento único impuesta por el capital financiero. Y la más grave de las servidumbres, que es la servidumbre intelectual, impidiendo el desenvolvimiento de los contrarios.
Utilizando las redes sociales y mucho dinero, la Cambridge Analytica actuó para influenciar en las elecciones en más de 60 países, entre ellas la elección de Donald Trump, en 2016, en los Estados Unidos y la elección de Jair Bolsonaro en Brasil, en 2018. Antes había actuado para lograr la aprobación del Brexit, en la Vieja Inglaterra.
Cabe al Estado crear los mecanismos de defensa
La guerra es cultural y cibernética. El arma principal son las mortíferas palabras. Frente a eso, Suecia instituyó, en el primer día de este 2022, una Agencia Sueca de Defensa Psicológica. Los suecos se han dado cuenta de que la sociedad democrática y las libertades están siendo amenazadas y que cabe al Estado tomar las medidas defensivas, con criterio de defensa total – abarca todas las áreas, incluso la psicológica, informó el site web Defesanet, en el jueves 6 de enero.
De la Agencia sueca participan civiles y militares con la misión de aumentar la capacidad del país de identificar y combatir la influencia de informaciones malignas extranjeras, desinformación y otras divulgaciones de informaciones engañosas dirigidas contra Suecia.
Perciben que la amenaza viene de afuera.
Rusia y China acostumbran a recorrer a actividades visando influenciar en la información, dice el comunicado de la agencia sueca, pero podemos ver nuevos actores involucrados en esas actividades. Esa mención a Rusia y China más parece un adorno para agradar a los Estados Unidos, pues no se puede creer que la inteligencia sueca no sepa de dónde viene el peligro real.
Cómo distorsionan la información
Vale ilustrar narrando un episodio. Todos los días, por toda parte, la Policía Militar ejecuta algún joven negro. Un dibujo del caricaturista Latuf que muestra un militar con la esvástica en el hombro de la farda viraliza en las redes. En una escuela de la periferia de Brasilia, profesores y alumnos se reúnen para discutir las cuestiones relacionadas con la violencia – violencia de género, violencia del Estado -.
Entre las actividades siguientes, montan paneles con el material producido allí o recogido en la Internet, entre los cuales el dibujo de Latuf. Vale decir que la violencia es el cotidiano de esa juventud y que la escuela tiene la dirección compartida con los militares. Los profesores cuidan de la educación, los militares de la disciplina y la seguridad.
Por cuenta de la esvástica sugiriendo que la PM es fascista, los cuerpos docente y discente han sido acusados de prejuicio por la corporación militar, con repercusión en la media y movilizando parlamentares del frente de apoyo al gobierno de ocupación. La Asociación de los Policías Militares alega que prejuicio el crimen pasible de ser punido judicialmente y abrió demanda judicial contra la profesora.
Es así como funciona. La PM mata y quien denuncia es procesado judicialmente. Y eso con apoyo de los medios y parlamentares. Y los que es peor, con la connivencia de la justicia.
Escenario de guerra para la elección de 2022
En ese escenario los brasileiros entramos en 2022, año electoral. El escenario no es político-electoral, es, como vimos, campo de batalla de una guerra cultural y cibernética cuya finalidad es asegurar la continuidad de los militares en el poder y la dependencia del Imperio. Ellos han planeado durante diez años la captura del poder con la intención de en el permanecer por lo menos por 30 años.
El cabeza de chapa de la continuidad, es decir, la reelección del capitán Jair Bolsonaro, aparece en las encuestas de intención de voto como perdiendo algunos puntos. Es previsible, considerando las circunstancias. La meta es consolidar el mínimo de fieles a toda prueba, quizás unos 15% e ir para el pleito con un mínimo de 25% e intentar obtener por los menos el 30% de los votos. En una segunda vuelta, la derecha estará, como siempre ha estado, unida para dar los 20% necesarios para garantizar la victoria.
Para los disidentes, aquellos desilusionados con el capitán, y también para os ni-ni (ni Bolsonaro, ni Lula), está presentada la candidatura de Sérgio Moro, el “paladino de la lucha contra la corrupción”. Si Moro llega a alcanzar del 10% al 15% estará garantizada una segunda vuelta.
Si por acaso Moro superar Bolsonaro, se cambiará solamente la cabeza de chapa; en lugar de un capitán mediocre, un abogado corrupto, teniendo como vice, claro, un general, Santos Cruz, ya afiliado al Podemos, lo mismo partido de Moro, el preferido de Washington.
Esa posibilidad existe, porque la campaña del candidato preferencial de los Estados Unidos contará con todo el dinero del mundo, y…en Brasil…el dinero cuenta más que las ideologías y programas de gobierno. Basta ver el asalto programado como el que fue hecho con el Presupuesto de la Unión.
Otra posibilidad es que Moro desista. Hay mucho plomo grueso siendo disparado contra él, dado por la misma Suprema Corte del país, que juzgó improcedente su actuación en la Lava Jato, y anuló todas las sentencias proferidas por él contra Lula. Intentará entonces elegirse senador para tener inmunidad, escapar de ser juzgado y preso. Moro ya debería estar en la cárcel.
Otro escenario es Bolsonaro morir o renunciar por cuestiones de salud. Según fuentes confiables él tiene las vísceras dilaceradas. Sale, asume el vice, general Hamilton Mourão, que presidirá las elecciones y se candidata a la reelección con un civil del “Centrão” como vice. Todo como dantes en el cuartel de Abrantes. De hecho, esa conversa de dar la vicepresidencia para el “Centrão” ya está siendo articulada desde fines del año pasado.
Por todo eso, las apuestas de Lula tienen que concentrarse en vencer en la primera vuelta.
Es hora de mostrar al pueblo el carácter plebiscitario del pleito que transcurre en escenario de guerra. El retorno de los civiles versus continuidad de los militares, desarrollo versus estagnación, soberanía versus entreguismo, independencia versus sumisión al Imperio.
Ese es el busilis de la cuestión política brasileira.
Moro debería estar preso, por traición a la patria y el gobierno militar debería ser depuesto antes mismo de la posesión, por fraudar la elección. Eso, obviamente, no sucedió, sencillamente porque, tanto el Poder Judicial como el Poder Legislativo, forman parte del complot.
El Poder Judicial, desde siempre, fue creado, así como los juristas son educados para defender la propiedad privada y el poder de la clase dominante a la cual pertenecen. En el Legislativo, donde podría haber diferencias, y las hay, se impone la dictadura de una mayoría defensora del estatus quo. Es impresionante el bajo nivel de los diputados y senadores en la actual legislatura.
Desde 2016, para no ir más lejos en la historia, con la deposición de la presidenta Dilma Rousseff y la subsecuente prisión del expresidente Lula, manteniéndolo preso, negándole habeas corpus y con eso impidiéndolo de disputar una elección en que aparecía en todas las encuestas como vencedor, ya estaba caracterizado el golpe de Estado, la actuación de la inteligencia militar para la captura del poder “legitimada” por el voto.
La planificación de la operación de captura del poder por medio de los mecanismos de la democracia fue realmente una gran jugada. Contó con la “ayuda” técnica y financiera de los Estados Unidos a través de sus instituciones de estado y de organizaciones privadas controladas por magnates interesados en imponer en el mundo la dictadura del pensamiento único.
¿Estará Lula en condición de revertir la situación?
El expresidente Lula está movilizando en torno de la idea de que él puede revertir esa situación, derrotando sus verdugos en las urnas.
Lula que se cuide. Podrá volver a la cárcel caso los magnates y militares a servicio de ellos perciban que constituye una amenaza real de movilizar las grandes masas. De eso es que tienen miedo. Precisamente las grandes movilizaciones constituyen la única manera de enfrentar la dictadura. Eso es el grande problema. ¿Quién moviliza?
Esos verdugos en el poder no solamente han torturado al expresidente, como han atacado a toda la población. Están visible los resultados en todos los indicadores, sean económicos, políticos o sociales: 14 millones de desempleados, 100 millones de brasileiros excluidos de la economía formal, 620 mil muertos por la Covid-19, indígenas masacrados, florestas derribadas y quemadas, riquezas minerales saqueadas.
¿Cuál la salida? ¿Qué hacer? ¿Cómo hacer?
Esas son las preguntas que deberían estar dominando el ambiente en esta campaña electoral ya iniciada.
¿La salida es por la izquierda o por la derecha?
No hay duda de que la derecha tendría condiciones de armar una alternativa civil para la continuidad del neoliberalismo o dar otro rumbo capitalista al Estado. Pero, como se trata de una lumpen oligarquía, y la burguesía no se ha firmado como clase, ha preferido componer con los militares.
Solo puede haber alternativa a la dictadura del neoliberalismo por la izquierda.
Pero… el problema de la izquierda, como dice el sabio y experimentado Pepe Mujica, es juntarse. Es decir, la unión de la izquierda es el gran desafío para la restauración del poder civil y la reconstrucción de la democracia.
Paulo Cannabrava Filho, Periodista latinoamericano director de Diálogos del Sur