¡Los grandes criminales de ayer y de hoy tienen "amigos" y financiadores!
Periódicos de ayer anunciaron: "Empresarios bolsonaristas defienden golpe en caso de victoria de Lula".
Para las personas que observan la Historia y de cómo ella realmente se desarrolló, causa poco asombro constatar que parte de los megaempresarios brasileños, principalmente deudores del fisco y socios del Estado, se alinean claramente por un golpe de Estado, siempre que éste beneficie sus negocios.
Periódicos de ayer anunciaron: "Empresarios bolsonaristas defienden golpe en caso de victoria de Lula".
UOL reprodujo reportaje publicado por el sitio web Metrópoles, que divulgó mensajes compartidos por empresarios bolsonaristas en un grupo de WhatsApp defendiendo un golpe de Estado, caso Lula (PT) sea elegido en el pleito de octubre de 2022.
Además de amenazar un golpe, los empresarios atacan instituciones brasileñas como el STF (Supremo Tribunal Federal), el TSE (Tribunal Superior Electoral) y opositores de la gestión Bolsonaro. Algunos incluso sugieren la compra de votos de sus empleados a cambio de bonos! Otros, la inevitabilidad de la "sangre rodar".
Entre los nombres del grupo están Luciano Hang, dueño de Havan, uno de los mayores deudores de la Receita Federal; Afrânio Barreira, del Grupo Coco Bambu; José Isaac Peres, dueño de la administradora de shoppings Multiplan; José Koury, dueño del Barra World Shopping, en Río de Janeiro; Ivan Wrobel, de la constructora W3 Ingeniería; y Marco Aurélio Raymundo, dueño de la marca Mormaii, el empresario André Tissot, del Grupo Sierra. A estos se agrupan otros empresarios con menor participación, como el caso de Meyer Nigri, de Tecnisa.
Como hemos subrayado, esto realmente no nos sorprende. Al final, la aventura nazi que provocó la Segunda Guerra Mundial y ocasionó 80 millones de muertos, solo fue posible porque Hitler también tuvo megaempresarios amigos y financiadores.

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¡Los grandes criminales de ayer y de hoy tienen "amigos" y financiadores!
Los "amigos" y financiadores de Hitler.
Como Bolsonaro en su aventura golpista cuenta con el apoyo y el compromiso de la mayoría de los dichos Obispos Evangélicos, en el pasado, Hitler y sus comparsas Mussolini y Franco contaron con el beneplácito de la Iglesia Católica y del Papa Pío II.
En su biografía, el historiador británico John Cornwell llama al pontífice "papa de Hitler", describiendo a Pío XII como "antisemita", narcisista y determinado a "promover el poder del papado". "Era un peón de Hitler", dijo Cornwell.
Por otro lado, Hugo Boss vistió los trajes de gala de los asesinos de las SS nazis. Bertelsmann publicó las obras que instruyeron a los oficiales nazis y dedicó su media a la aventura hitleriana.
Los aviones alemanes volaban gracias al combustible de la Standard oíl (hoy Exxon y Chevron), y los soldados nazis viajaban en camiones y Jeeps de la marca Ford.
Henry Ford, creador de estos vehículos y el libro "El Judío Internacional", fue su musa inspiradora. Hitler agradeció al gran empresario antisemita norteamericano, honrándolo.
¡Así como también condecoró a Thomas J. Watson, el entonces CEO de IBM, la empresa que hizo posible la identificación de los judíos por listados y que tanto ayudó en el genocidio de más de 6 millones de personas!
La Fundación Rockefeller financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi. Joe Kennedy, padre del presidente Kennedy, era embajador de Estados Unidos en Londres, pero más parecía embajador de Alemania.
Prescott Bush, padre y abuelo de 2 presidentes norteamericanos, fue colaborador de Fritz Thyssen, "el rey del acero" alemán, que puso su fortuna a disposición de Hitler.
Deutsche Bank financió la construcción del campo de concentración de Auschwitz.
El consorcio IGFarben, el gigante de la industria química alemana, que luego pasó a llamarse Bayer, Basf u Hoechst, usaba como "ratas" de laboratorio a los prisioneros de los campos de concentración, y además los usaba como mano de obra. Estos obreros esclavos producían de todo, incluyendo el gas que los mataría.
Los prisioneros esclavos trabajaban hasta la muerte también para otras empresas, como Krupp, Thyssen, Siemens, Vasrta, Bosch, Daimler Benz, Volkswagen y BMW, que fueron la base económica de los delirios nazis.
Los bancos suizos pocas veces hicieron tanto dinero fácil cuando compraron a Hitler el oro de sus víctimas: ¡joyas y dientes! El oro entraba en Suiza con asombrosa facilidad, mientras que la frontera estaba completamente cerrada para los fugitivos de carne y hueso.
Coca-Cola inventó Fanta para el mercado alemán en plena guerra.
En ese período, también Unilever, Westinghouse y General Electricic multiplicaron allí sus inversiones y sus ganancias.
Cuando la guerra terminó, la empresa ITT recibió una millonaria indemnización porque los bombardeos aliados habían dañado sus fábricas en Alemania.
¡Como vemos, no causa extrañeza alguna el hecho de que una parte significativa del empresariado nacional, así como del empresariado evangelista se asocien al golpismo fascista de Bolsonaro!
Carlos Russo Junior, colaborador de Diálogos del Sur.
Traducción: João Baptista Pimentel Neto
Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente la opinión de Diálogos del Sur