Cuba es ejemplo de cooperación Sur-Sur
Los países caribeños comprueban la acción solidaria de Cuba siempre que los desastres naturales los afectan.
Joel Michel Varona*
La labor de profesionales cubanos en diversos sectores en diferentes latitudes cuenta con un elevado reconocimiento internacional, y como parte de la cooperación Sur-Sur expertos de la isla trasmiten sus conocimientos para enfrentar los efectos de los desastres naturales en naciones vecinas.
Recientemente delegados de varios países se dieron cita en el capitalino Palacio de Convenciones para participar en el X Congreso Internacional sobre Desastres, donde abordaron las medidas para reducir los riesgos de la sequía y cómo combatirla.
Analizaron además cómo mejorar la calidad del agua y la educación de las nuevas generaciones de cara al cuidado del preciado líquido. También debatieron sobre las estrategias de dirección en siniestros de grandes proporciones en zonas boscosas, cómo enfrentar los desastres en los centros históricos, campos minados y almacenes de gas licuado del petróleo.
Asimismo, reflexionaron acerca de las líneas de trabajo en la gestión para la actividad de rescate y salvamento en accidentes automovilísticos y en casos de eventos de gran envergadura.
En ese contexto, y como prueba de la llamada cooperación Sur-Sur que Cuba mantiene pese a ser una nación pequeña y bloqueada económicamente por Estados Unidos desde hace más medio siglo, entregó un paquete de soluciones sobre un sistema de alerta temprana a la República Dominicana y Santa Lucía.
Tras recibir el paquete denominado Caja de Herramientas de Sistema de Alerta Temprana en Cuba, el responsable del Centro de Operaciones de Emergencias de Dominicana, Carlos Paulino, agradeció la ayuda brindada por la mayor de las Antillas a su país en este sentido.
Expertos cubanos y dominicanos arribaron a la conclusión que unos de los principales problemas allí son las inundaciones súbitas por lo que es imperativo trazar una estrategia para disminuir el impacto de las lluvias, puntualizó Paulino.
Ha sido un proceso consensuado y debatimos con profundidad sobre el tema, y es preocupante que existe una brecha entre la reacción de la población y las alertas emitidas por los expertos ante un posible evento meteorológico, explicó el funcionario.
Insistió en que no debe existir un divorcio entre los ciudadanos y las autoridades por lo que se impone un mejor uso del lenguaje para una comunicación más efectiva entre ambos actores.
Tampoco -añadió- puede darse el caso de una separación entre lo científico y las operaciones en caso de desastres, y hacia allí debemos dirigidos los esfuerzos, en especial para salvar vidas humanas.
En República Dominicana tenemos un gran compromiso con las personas y la sociedad en general, pero muy en especial con los más vulnerables ante las eventualidades climatológicas, aseguró Paulino, quien remarcó que "de Cuba hemos aprendido un mundo".
La eficiencia y resultados de trabajo del Sistema de Alerta Temprana en Cuba sitúan a la isla en el rol de país asesor en el proyecto a través de la transferencia de conocimientos y herramientas con fondos del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea.
Actualmente, Cuba comparte sus experiencias y herramientas con San Vicente y las Granadinas, Dominica, Dominicana y pone esta plataforma a disposición de todos los miembros de la Comunidad del Caribe y América Latina.
Otro ejemplo de cooperación Sur-Sur, lo constituye la colaboración en la gestión de reducción de riesgos antes desastres a través del intercambio de conocimientos y la capacitación entre Cuba y Haití.
De acuerdo con autoridades del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) asentadas en la isla, ambos territorios mantienen niveles similares de exposición a fenómenos naturales como huracanes, ciclones y la sequía.
Estos eventos tienen un impacto muy severo sobre la seguridad alimentaria y nutricional, según un documento entregado a Prensa Latina por el PMA en el cónclave.
Cuba -recuerda la fuente- acumuló experiencias y metodologías que reducen los impactos negativos de estos fenómenos.
Como reto, puntualiza, se mantiene realizar acciones concretas, siempre y cuando se identifique de manera exitosa las brechas y necesidades.
Entre los aportes de Cuba a Haití está el fortalecimiento de la vigilancia hidrometeorológica mediante la transferencia de herramientas para mejorar el monitoreo y pronósticos de los eventos, señala el documento.Fueron identificados canales y vías de comunicación que aseguren a los actores de todos los niveles recibir de manera oportuna las informaciones generadas por las instituciones de vigilancia, apunta el mismo.
También fueron entrenados técnicos haitianos relacionados con el seguimiento de los eventos meteorológicos extremos, y ese país mejoró las capacidades para monitorear huracanes y el pronóstico de sus trayectorias, lo cual facilita la toma de decisiones.
Ahora el Centro Nacional de Meteorología de Haití cuenta con un modelo numérico que permite conocer la posible trayectoria de un huracán con plazos de 48 y 72 horas.
El intercambio de capacidades entre Haití y la mayor de las Antillas fue facilitado por el PMA a partir de las experiencias positivas de Cuba en la cooperación Sur-Sur.
Sobre la labor de Cuba en la mitigación y enfrentamiento a los desastres la representante del PMA en Cuba, Laura Melo, elogió la voluntad política en la isla para estos fines.
"Cuba en torno a su Defensa Civil ha creado un sistema orgánico, integrado, de articulación nacional, del que forman parte todas las instituciones, a todos los niveles, en los gobiernos provinciales y locales, vinculados a la gestión de riesgos y desastres", señaló la funcionaria.
Describió a la nación caribeña como un ejemplo en el desarrollo de un amplio proyecto de políticas públicas encaminadas a disminuir el impacto negativo de eventos climatológicos, los cuales, argumentó, cada vez resultan más extremos y frecuentes.
Celebró que en el país se fortalecen aún más los mecanismos de prevención, preparación, respuesta y recuperación para reducir vulnerabilidades y evitar nuevos riesgos en tiempos de que resultan más frecuentes las tormentas, huracanes de gran intensidad, unidos a lluvias intensas y prolongados periodos de sequías.
"La experiencia de Cuba ha proporcionado minimizar las pérdidas humanas y los daños económicos", dijo Melo.
Aseveró que las pérdidas cada vez mayores causadas por desastres de origen natural representan un desafío importante para las naciones, y en particular los países en desarrollo.
La representante del PMA agregó que lamentablemente no tenemos vías para evitar tales fenómenos, pero se puede elevar la resiliencia ante estas amenazas con un mayor conocimiento, capacidad de adaptación y recuperación, y la eliminación de vulnerabilidades.
Se refirió, además, a la vulnerabilidad de los pequeños estados insulares ante estos fenómenos; de ahí, argumentó, la importancia de consolidar los mecanismos de trasferencia de conocimientos y promover el intercambio internacional.
Consideró que la reducción de desastres es imprescindible para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, cuya meta es poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo.
*Prensa Latina, de La Habana, especial para Diálogos del Sur – Derechos reservados